«Antes, se detuvo en la calle, en la Ronda de San Antonio, a hablar con una vieja prostituta, para preguntarle cómo estaba su hija. Una pareja de Mossos d’Esquadra se lo advirtió: ”No puede usted contratar servicios sexuales en la calle. Circule o tendremos que multarle”. Méndez circuló».
«Méndez había conocido a la Encarna cuando ella hacía la Ronda de San Antonio, que es lugar pequeñoburgués, donde los abuelos dieron nombre a los tranvías y los nietos van a comprar un portátil japonés».
Una novela de barrio
Una novela de barrio
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