Lafont

Foto: Joan Colom

«Baja unos peldaños más, Méndez, y húndete de lleno en tus barrios y tu gente. Del paseo de Carlos I y del puente de Marina (donde al menos hay espacios abiertos y hectáreas de luz para el consumo privado) has descendido hasta la calle de Lafont, donde sólo está la parte trasera del Paralelo, su tinglado de tejadillos, puertas de emergencia y habitaciones Lilliput donde una corista y una ilusión están encerrados juntos a pan y agua. Pero en la calle de Lafont hay vida, Méndez, desde sus balcones oyes las canciones del Paralelo y desde sus galerías las broncas de los matrimonios a fin de mes».

La dama de Cachemira